(lo que fué … fué) …
Después de estar trabajando durante más de 30 años, un Alto oficial Militar, decidió retirarse, tenía una buena pensión del Estado, y decidió ir a vivir en un maravilloso Condominio lujoso y privado.
Se consideraba más mucho mejor que los demás y nunca hablaba con nadie; incluso, mientras caminaba por el parque todas las noches, ignoraba a sus vecinos mirándolos con altivez.
Un día, por casualidad, un señor mayor se sentó a su lado e inició una conversación y continuaron reuniéndose allí mismo casi todos los días.
Cada conversación era siempre como un discurso de parte del General insistiendo que:
“Nadie puede imaginarse el gran puesto y la alta posición que ocupé antes de retirarme. Estoy seguro de que soy el más importante y famoso en esta comunidad” ...
El otro anciano solía escucharlo en silencio.
Después de varios días, al General retirado le entro la curiosidad por saber algo sobre los demás residentes.
Entonces, el anciano le dijo:
"Después de retirarnos todos somos como lámparas usadas y terminamos fundidos. No importa cuál era el voltaje de trabajo, cuánta luz o brillo proporcionabas.
He estado viviendo en esta comunidad durante los últimos 5 años y no le he dicho a nadie que fui secretario Privado del Presidente de la República.
¿Vez a tu derecha? ese hombre era Gerente General en una importante empresa; por allá está otro hombre que fue también General como tú, no tuvo un cargo tan importante, y ese otro fue coronel militar en la embajada de Estados Unidos.
Esa mujer, sentada en el banco, fue profesora en la universidad de Harvard, no se lo ha revelado a nadie, ni siquiera a mí, pero lo sé.
Todas las lámparas, usadas, ahora son las mismas, cualquiera que sea su potencia, 10, 40, 60, 100 vatios, eso no importa ahora.
Tampoco importa qué tipo de bombilla eras antes de terminar aquí:
LED, CFL, halógena, incandescente, fluorescente o decorativa.
Y eso, amigo mío, también se aplica a ti. El día que entiendas esto, encontrarás paz y tranquilidad, incluso en este condominio de viviendas.
Recuerda, tanto el sol naciente como el sol poniente son hermosos y adorables, pero en realidad, el sol naciente adquiere más importancia, e incluso es más preciado, mientras que el sol poniente no recibe la misma reverencia.”
Es mejor entender esto, más temprano que tarde.
Estimado amigo, tu actual cargo, título o poder que ejerzas, no son permanentes. Mantener muchas emociones por estas cosas, sólo te complica la vida cuando las pierdes algún día.
Recuerda el juego de ajedrez, cuando termina, tanto el rey como el peón vuelven a la misma caja.
Por lo tanto, disfruta de tus logros y de todo lo que has adquirido HOY, para poder tener un tiempo fabuloso en lo que resta del camino y estar en PAZ contigo mismo.
*Al final del día, todos esos títulos, certificados, nombramientos o reconocimientos, no son más que un papel que será reemplazado por un sólo certificado: “El certificado de defunción”. *
Amigos, VIVAMOS la vida intensamente, seamos felices con lo que tenemos, mantengámonos activos, con acciones que trasciendan y apoyémonos mutuamente, mientras tengamos vida.
*Siempre que sea posible, pongan una sonrisa en la cara de alguien y tengan una palabra afectuosa para los demás, no cuesta nada.*
*Vivamos con entusiasmo y optimismo, con calma y sin bajar la guardia. Con amor, buen humor, caridad, humildad, moderación, honestidad y prudencia.*
SEAMOS HUMILDES y vivamos con plenitud e Integridad.
Atte:
El tiempo.
Padre Tomas Del Valle-Reyes
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