agobiados por el peso de los años, tu amorosa presencia permitió que se
prolongasen sus días en la tierra.

Dios mío, ellos miran para atrás y ven todo el camino
recorrido, desde las travesuras de la infancia hasta la
fragilidad del ahora.
Retira Señor toda la amargura de sus espíritus y
que recuerden con preferencia los hechos agradables y felices. Borra cualquier señal de resentimiento causado por la ingratitud y la maldad de los que algún día pasaron junto a ellos,

Recompensa la disposición que demostraron, con la bendición de aquella paz que viene de ti y supera todas las limitaciones de la vejez. Amén.