En la vida, muchas veces sin darnos cuenta nos vamos atando con cadenas. Pueden ser grandes, o simples, pero no dejan de ser cadenas. Con el programa de radio LA TERTULIA pretendemos al menos una vez en semana, ir creando conciencia de las cadenas que nos amarran y la forma que tenemos de salir de ellas. Y nos preocupa la gente común y corriente como usted y como yo. Gente que desea ser simplemente feliz. Nuestro programa de Radio ha estado en el aire desde 2001. Ahora tenemos un formato más simple. Van a ser 104 horas al año. Produced and Edited by Mark A Torres from Mark Vision
Queridos amigos y hermanos: A lo largo de nuestro blog iremos presentando aquellos personajes cuyas vidas están contadas tanto en la Biblia como en la Historia de la Iglesia y que, en algún momento de su existencia, pasaron por las prisiones. Personajes bíblicos, santos, mártires, creyentes que supieron lo que es el dolor y la tristeza de una celda carcelaria. Misa todos los primeros viernes de mes a las 7:00 PM Mass every First Friday of the month at 7:00 PM
Wednesday, October 28, 2020
Friday, October 23, 2020
Cuando la depresión nos vuelve invisibles.
Es algo bastante habitual en la adolescencia, pero puede presentarse en cualquier etapa de la vida.
La depresión, ese estado de infelicidad, de tristeza que nos deja sin ganas de nada, es una de las principales causas del suicidio adolescente.
Pero... ¿Por qué aparece la depresión?
Voy a dar una opinión absolutamente personal del asunto, por haber padecido de esta enfermedad emocional.
La vida cotidiana está llena de problemas, más o menos graves. Pienso que algún tipo de decepción emocional, como por ejemplo los falsos amigos, pueden hacernos más desconfiados, e ir aislándonos, encerrándonos en nosotros mismos, con todos nuestros miedos, inquietudes, y problemas.
Como el ser humano es un ser sociable, el aislamiento es insoportable.
Lo curioso es que cuando uno cae en él, cada vez se aísla más.
Y es entonces cuando parece que nos volvemos invisibles a todo el mundo. Es terrible sentir que a nadie le interesa que estemos mal.
Lo he pasado. Uno intenta mostrarle a todo el mundo que no está bien, que necesita de alguien que se acerque a preguntarte ¿Qué te pasa?...
Pero ese alguien nunca aparece.
Pero no es que a nadie le interese.
Lo que sucede, es que cada persona tiene su "infierno personal", sus propios problemas, etc., y por lo general, a la gente le cuesta despegarse de sus problemas para atender los de los demás.
Por eso propongo que tratemos entre todos de darnos una mano.
Si prestas el oído a quien lo necesite, tendrás alguien que te prestará el suyo cuando tú lo necesites.
Que nadie sea más invisible.
Muchos son los que nos necesitan, tratemos de ayudarlos.
Padre Tomas Del Valle-Reyes
Descubriendo El Siglo 21
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Friday, October 16, 2020
Imprudencias de la vida!!
La gente le pregunta:
“¿Todavía no tienes niños?“ Su respuesta varía de un día a otro, pero por lo general incluye sonrisas forzadas.
”No, todavía no“, dice sonriendo, amortiguando su frustración.
“Bueno, no esperes para siempre.
Ese reloj está en marcha, ya sabes”, dice antes de partir aquel que se cree sabio.
La mujer sostiene a su sonrisa.
Sola, ella llora …
Llora porque ella ha estado embarazada y abortó 4 veces.
Llora porque ella comenzó a buscar un bebé en su noche de bodas, y eso fue hace 5 años.
Llora porque su marido tiene una ex-esposa que le ha dado hijos.
Llora porque quiere desesperadamente intentar un tratamiento in vitro, pero no puede ni siquiera pagar el depósito.
Llora porque la medicación que toma no le permite quedar embarazada.
Llora porque este problema genera roces en su matrimonio.
Llora porque el médico le dijo que ella está bien, pero en el fondo sabe que es ella el problema.
Llora porque su marido se culpa a sí mismo, y porque esa culpa no le deja vivir.
Llora porque todas sus hermanas tienen hijos.
Llora porque una de sus hermanas ni siquiera quería hijos.
Llora porque su mejor amiga está embarazada.
Llora porque su madre sigue preguntando:
”¿Qué estás esperando?“
Llora porque sus suegros quieren ser abuelos.
Llora porque su vecino tiene gemelos y los trata muy mal.
Llora porque chicas de 16 años quedan embarazadas sin quererlo.
Llora porque ella es una tía increíble.
Llora porque ya tiene el nombre elegido.
Llora porque hay una habitación vacía en su casa.
Llora porque hay un espacio vacío en su cuerpo.
Llora porque tiene mucho que ofrecer.
Llora porque ella sería una gran madre, pero no lo es.
En algún otro lugar hay otra mujer de 34 años, con cinco hijos.
La gente le dice:
”¿Cinco?
Bueno, ¡espero que ya hayas terminado!“
Y luego se ríen… porque ese tipo de comentarios son divertidos.
La mujer ríe también, pero no en serio.
Ella cambia de tema, como siempre lo hace, y deja pasar de largo la falta de respeto.
Otro día, sola, ella llora…
Llora porque está de nuevo embarazada y siente que tiene que ocultar la alegría.
Llora porque siempre quiso una familia grande y no ve por qué la gente se perturba por eso.
Llora porque no tiene hermanos y siempre se sintió sola cuando era niña.
Llora porque su abuelita tenía 12 hijos y le encantaría ser como ella.
Llora porque no puede imaginar la vida sin sus hijos, pero la gente la trata como si fueran un castigo.
Llora porque no quiere ser compadecida.
Llora porque la gente asume que esto no es lo que ella quería.
Llora porque suponen que ella es irresponsable.
Llora porque creen que no tiene voz.
Llora porque se siente incomprendida.
Llora porque está cansada de defender sus decisiones privadas.
Llora porque ella y su marido son perfectamente capaces de apoyar a su familia, pero eso no parece importar.
Llora porque está cansada de los comentarios “divertidos”.
Llora porque a veces duda de sí misma y se pregunta si debería haber tenido solo dos niños.
Llora porque los demás son rápidos para criticar, pero lentos para ofrecer ayuda.
Llora porque la gente es grosera.
Llora porque muchas personas opinan libremente sobre su vida privada.
Llora porque lo único que quiere hacer es vivir en paz.
En otra parte hay otra mujer de 40 años, con un niño.
La gente le dice:
“¿Sólo uno?
¿Nunca quisiste más?“
”Estoy contenta con uno”, dice con calma, una respuesta ensayada que ha dado más veces de las que puede contar.
Bastante creíble.
Nadie podría sospechar que sola, ella llora…
Llora porque su embarazo fue un milagro.
Llora porque su hijo todavía pregunta por un hermano o hermana.
Llora porque ella siempre quiso al menos tres.
Llora porque su segundo embarazo tuvo que interrumpirse para salvar su vida.
Llora porque su médico le dice que es “de alto riesgo”.
Llora porque ella está luchando para cuidar al que ya tiene.
Llora porque a veces uno se siente como dos.
Llora porque su marido ni siquiera consideró la idea de otro.
Llora porque su marido murió y ella no ha encontrado el amor de nuevo.
Llora porque su familia piensa que uno es suficiente.
Llora porque está en lo alto de su carrera y no puede alejarse.
Llora porque se siente egoísta.
Llora porque todavía no ha perdido el peso que ganó en su primer embarazo.
Llora porque su depresión post-parto fue intensa. Llora porque no puede imaginar pasar por eso de nuevo.
Llora porque ella está enferma y el embarazo sólo lo agrava.
Llora porque tuvo que hacerse una histerectomía.
Llora porque quiere otro bebé, pero no puede tenerlo.
Estas mujeres están en todas partes.
Son nuestras vecinas, nuestras amigas, nuestras hermanas, nuestras compañeras de trabajo.
Ellas no tienen por qué seguir nuestros consejos ni atender nuestras opiniones.
Sus úteros son suyos.
Respetemos eso.
Padre Tomas Del Valle-Reyes
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Saturday, October 10, 2020
'GRACIAS DIOS POR TODO'
Un día, un ángel estaba cruzando ese desierto y el pájaro detuvo al ángel y le preguntó:
- ¿A dónde vas?
El ángel respondió:
- Voy a encontrarme con Dios.
Entonces, el pájaro le pidió al ángel que, por favor, le preguntase a Dios cuándo terminaría su sufrimiento.
El ángel le dijo:
- ¡Por supuesto, lo haré!
Y el ángel se despidió del pájaro.
Al encontrarse con Dios, el ángel le comunicó el mensaje del pájaro.
El ángel le contó su patética condición y preguntó cuándo terminaría su sufrimiento.
Dios respondió:
- Durante lo que le queda de vida, el pájaro no tendrá felicidad...
El ángel le respondió que cuando el pájaro oyera esto, se desanimaría.
Entonces, le preguntó si podría sugerir alguna solución para esto.
Dios le respondió:
- Dile que ore de esta manera: "Gracias Dios por todo"
El ángel volvió hasta al pájaro y le entregó el mensaje de Dios.
Una semana después, el ángel pasó de nuevo por el mismo camino y vio que el pájaro estaba muy feliz.
Las plumas habían crecido en su cuerpo, una pequeña planta creció en la zona desértica, un pequeño estanque de agua también estaba allí, y el pájaro estaba cantando ya bailando alegremente.
El ángel estaba asombrado de cómo sucedió esto porque recordó que Dios dijo que por lo que le quedaba de vida, no habría felicidad para el pájaro.
Con esa inquietud en mente, fue a visitar a Dios de nuevo.
El ángel preguntó y Dios respondió:
- Sí, no habría felicidad para el pájaro, pero todo cambió debido a que el pájaro está orando diariamente "Gracias a Dios por todo", ante cada situación.
Cuando el pájaro caía sobre la arena caliente, decía "gracias a Dios por todo".
Cuando no podía volar, repetía "gracias a Dios por todo", así que sea cual sea la situación, el pájaro siguió repitiendo "Gracias a Dios por todo" y por lo tanto cambió lo que le quedaba de vida".
Moraleja:
Se agradecido por todo y aunque sientas que el mundo está en tu contra repite: 'GRACIAS DIOS POR TODO'.
Te ayudara a cambiar tu punto de vista de lo que no tienes, lo que tienes y lo que te hace falta en la vida.
Y deja que sea Dios quien actúe.
Padre Tomas Del Valle-Reyes
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Saturday, September 5, 2020
¿Qué dice la Biblia acerca de la maternidad?
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la maternidad.
A las madres se las tiene en alta estima.
De hecho, existen pasajes en las Escrituras que comparan a Dios mismo con la maternidad.
Pero primero, necesitamos entender que como la maternidad, la paternidad, es una expresión del carácter y naturaleza de Dios. Génesis 1:27: “Y creó ’Elohim al hombre a su imagen, a imagen de ’Elohim lo creó, macho y hembra los creó”.
En este versículo, vemos la imagen completa de Dios revelada en ambos géneros: el masculino y el femenino.
Esta expresión tiene diversos propósitos.
Aunque estos propósitos son extensos, echemos un vistazo a cuatro de ellos.
Para cumplir el mandato de la creación:
Proporcionar grandes hombres de Dios
Proporcionar grandes mujeres de Dios
Proporcionar al Mesías
El mandato de la creación
El mandato de la creación es la orden de Dios para que la humanidad ejerciera dominio sobre la tierra.
Esto se encuentra revelado al inicio del libro de Génesis:
Génesis 1:26-28: “Entonces dijo ’Elohim: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que repta sobre la tierra.
27 Y creó ’Elohim al hombre a su imagen, a imagen de ’Elohim lo creó, macho y hembra los creó.
28 Luego ’Elohim los bendijo; y les dijo ’Elohim: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra.
El hombre solo no puede cumplir lo que Dios ha decretado para él; el hombre solo fallaría el mandato de la creación.
Por lo tanto, es necesario que tanto las mujeres como la maternidad existieran, para producir descendencia, y así, la raza pudiera extenderse por el mundo, para que en forma adecuada y con un respetuoso dominio, ejercerlo “sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que repta sobre la tierra”.
Proporcionar grandes hombres de Dios
Este artículo no intenta enumerar todos los grandes hombres de Dios que se encuentran en las Escrituras.
Pero sabemos que ellos fueron usados por Dios.
Vemos que Dios llamó a Abraham, padre de multitudes.
Encontramos a Moisés, a quien le fue dada la ley.
A David, que fue un rey, conforme al corazón de Dios.
Y finalmente, vemos al mismo Jesús, el Mesías.
Proporcionar grandes mujeres de Dios:
Así como encontramos grandes hombres de Dios en las Escrituras, también encontramos grandes mujeres.
La primera mujer, primera esposa y primera madre, fue Eva, y por lo tanto, la podemos llamar la madre de la humanidad.
Vemos a Raquel, una figura femenina con autoridad, y madre de José, quien fue un esclavo en Egipto.
Esta Débora, juez justo en Israel.
Encontramos a Rut, la tatarabuela de David.
Y claro está, a María, la madre de Jesús.
Este breve párrafo no es suficiente para medir las profundidades de la grandeza de la maternidad encontrada en las Escrituras.
Pero es obvio, que en las Escrituras, las mujeres jugaron un papel clave en la historia de la redención.
Proporcionar al Mesías Génesis 3:15, es la primera profecía, y mención del libertador.
Esta ocurre inmediatamente después de la caída de Adán y Eva: Génesis 3:15:
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu descendiente y su descendiente. Él te aplastará la cabeza cuando tú hieras su calcañar”.
Por supuesto, y en última instancia, María dio a luz a Jesús, y así, esta profecía pudo cumplirse.
Es a través de este nacimiento que en Cristo, encontramos redención, el perdón de nuestros pecados.
Sólo a través del Mesías y Su muerte posterior en la cruz, es donde Él pagaría por nuestros pecados (1ª Pedro 2:24), y donde podemos encontrar salvación.
La mujer a la imagen de Dios.
Créalo o no, la maternidad es una expresión de la imagen de Dios.
En las Escrituras, podemos encontrar muchos versículos donde Dios es comparado o relacionado con la maternidad.
Además, lo que regularmente son consideradas características más “femeninas”, como la consolación, la crianza, etc. son también vinculadas con Dios.
Echemos un vistazo.
Como una madre águila: “Como el águila incita a su nidada, Revoloteando sobre sus aguiluchos, Extiende sus alas, lo recoge,
Y lo carga sobre sus plumas remeras. 12 YHVH solo lo condujo,
Con él no hubo dios extraño” (Deuteronomio 32:11-12).
Da a luz a la nación de Israel: “¡Despreciaste a la Roca que te engendró, Y te olvidaste del Dios que te dio a luz!” (Deuteronomio 32:18).
Una madre: “Oh YHVH, mi corazón no se ha ensoberbecido ni mis ojos se han enaltecido; No he andado en pos de grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí. 2 Ciertamente he sosegado y acallado mi deseo, Como niño destetado de su madre, Como un niño destetado he sujetado mi deseo. 3 Espera, oh Israel, en YHVH, Desde ahora y para siempre” (Salmo 131:1-3).
Como mujer en parto: “Ya ha mucho que he estado quieto, Me callaba, me aguantaba; Pero ahora, como la parturienta, Jadeo y a la vez resuello” (Isaías 42:14).
Como una madre cuidadosa: “¿Se olvidará una madre de lo que dio a luz? ¿Dejará de amar al hijo de sus entrañas? Pues aunque éstas lleguen a olvidar, Yo nunca me olvidaré de ti” (Isaías 49:15). Consolación de madre: “Como a uno que consuela su madre, Así Yo os consolaré; en Jerusalem seréis consolados” (Isaías 66:13).
Protege como lo hace una osa: “Los asaltaré como osa de crías robadas, Y desgarraré la envoltura de sus corazones, Los devoraré como una leona, Y las fieras del campo los despedazarán” (Oseas 13:8).
Reúne como una gallina a sus polluelos: “¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise recoger a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas, y no quisisteis!” (Lucas 13:34).
El corazón de la maternidad
La maternidad no es simplemente una función biológica.
La maternidad viene del corazón de una mujer, colocada allí por Dios en Su creación.
Existen todo tipo de madres.
Están aquellas que han dado a luz a hijos y aquellas que no.
Están aquellas que han perdido hijos, y aquellas que han adoptado hijos.
Están aquellas que han amado y cuidado los hijos de otras; pero todas las madres, ejemplifican la bella cualidad del amor.
Ellas crían, cuidan y aman.
Las madres verdaderas son pacientes y cálidas, y poseen una forma de llegar al mismo corazón de otros hijos.
La mejor madre es una mujer cristiana, quien es paciente, cálida; no es celosa, no es jactanciosa ni arrogante.
Ella no busca su propia comodidad a expensas de sus hijos.
No es provocada por la leche derramada o por los rayones del crayón en la pared.
Se olvida rápidamente de sus lloros, sus pañales sucios y sus constantes necesidades.
Las mejores madres son esas mujeres cristianas que colocan sus vidas por sus hijos y quienes, con increíble paciencia se dan a sí mismas mostrándoles a sus hijos al Señor Jesús.
Por lo tanto, la maternidad no es simplemente una función biológica.
Es una actitud de amor, sacrificio y cuidado que se manifiesta en forma natural en el género femenino.