Thursday, May 23, 2019

Depresión del anciano Parte III

(Sacado de Salud Familiar)
La alta mortalidad se ha atribuido a varios factores: 
• Menor soporte social del anciano deprimido.
• Peor estado nutricional por pérdida del apetito.
• Posibles efectos de la depresión sobre el sistema inmunitario
• Pérdida de motivación para el autocuidado
¿Qué peculiaridades tiene la depresión en el anciano? 
La depresión senil tiene una serie de rasgos diferenciadores.
Algunos de ellos ya los hemos introducido previamente: 
Menor presencia de síntomas psíquicos como la tristeza y mayor presencia de síntomas corporales.
La tristeza y el bajo estado de ánimo pueden manifestarse
en el anciano como apatía y retracción y pueden ser
predominantes quejas somáticas diversas que obligan a
realizar pruebas en busca de otras enfermedades que por otra parte son muy frecuentes en estas edades.

A veces estos síntomas corporales constituyen verdaderos cuadros hipocondríacos con temores y preocupaciones excesivas.
Algunos síntomas propios de la depresión pueden ser muy llamativos en el anciano como la pérdida de peso por falta de apetito, el insomnio o la aparición de ideas delirantes y en los cuadros graves verdaderos cuadros psicóticos.

Los ancianos con mucha frecuencia padecen enfermedades en las que la depresión puede ser un síntoma más de dicha enfermedad.
En este caso la depresión en sí no es la enfermedad principal sino un síntoma acompañante.
Son las llamadas depresiones somatógenas que complican procesos como la enfermedad de Parkinson, el ictus o Accidente Cerebrovascular, enfermedades del Tiroides como el Hipertiroidismo o el Hipotiroidismo, trastornos del metabolismo o algunos tipos de cáncer.
Por el mismo motivo los ancianos consumen en ocasiones fármacos para tratar sus enfermedades pero que pueden inducir la aparición de depresión días o semanas después de su uso.
Entre estos están medicamentos como corticoides, antiparkinsonianos, algunos antihipertensivos, etc.
En la depresión grave del anciano es más frecuente el suicidio que en los jóvenes.

En ocasiones la depresión se presenta como deterioro cognitivo, es decir como un menor rendimiento intelectual con quejas de pérdida de memoria que obliga a los clínicos a diferenciar estas depresiones de una verdadera demencia.
Diferenciar depresión de demencia: 
Un reto en ocasiones difícil.Trataremos de describir un problema médico muy frecuente con el que se encuentra el Geriatra en su práctica clínica. Como hemos comentado la depresión en el mayor, en ocasiones, se presenta y se manifiesta como un declinar cognitivo con quejas de pérdida de memoria y aprendizaje, confundiéndose con una Demencia.

Por otra parte la Enfermedad de Alzheimer, que es la demencia más frecuente, puede acompañarse en fases iniciales e intermedias de síntomas depresivos (30%) e incluso completar una depresión que merme aún mas su rendimiento cognitivo.
El problema para entender estas dos situaciones se complica aún más si tenemos en cuenta que cuando se han seguido en el tiempo a los pacientes que han desarrollado una depresión en la vejez manifestada con peor rendimiento cognitivo han desarrollado con mas frecuencia una Demencia.
A la depresión que por sus quejas de memoria se confundía con una Demencia sin que esta existiese, se la llamó clásicamente pseudodemencia por ser una falsa demencia.

Afortunadamente disponemos de algunos aspectos diferenciales entre los dos trastornos a la hora de preguntar al paciente y a la familia para diferenciarlos.


Padre Tomas Del Valle-Reyes
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